
El Opel Insignia es un turismo de 4,83 metros de longitud que se puede adquirir con carrocería de cuatro puertas o cinco puertas. La variante familiar — Insignia Sports Tourer— es ocho centímetros mayor (4,91 metros). Hay una versión deportiva, con ambos tipos de carrocería, denominada «OPC». Con carrocería de cuatro puertas está en venta desde 19 969 € y con la de cinco se puede adquirir desde 21.15 €.
El Insignia llegó al mercado a finales de 2008 para reemplazar al Vectra. A partir de septiembre de 2011 hay pequeñas novedades, tanto en el interior y el equipamiento omo en la gama de motores.
Puede tener mucho equipamiento, con algunas opciones muy interesantes —fichas de equipamiento Insignia 4p y fichas de equipamiento Insignia 5p—, y por la amplia variedad de motores Diesel y de gasolina.
Opel ha tratado de dar un cierto aire de cupé al Insignia —algo parecido a lo que Volkswagen ha hecho con el Passat CC— y eso influye negativamente en el tamaño de las plazas traseras y en la forma del maletero, que es poco aprovechable. La variante con carrocería familiar (Insignia Sports Tourer) tiene más espacio en las plazas traseras y un maletero más fácil de cargar.

Las plazas delanteras son correctas. Nos han gustado mucho los asientos de las versiones «Sport», que tienen múltiples regulaciones y proporcionan buena sujeción al cuerpo. Además, pueden ir ventilados, lo que da gran confort en días calurosos porque evita la acumulación del sudor en las partes de contacto del cuerpo con el asiento.
Una limitación del puesto de conducción del Insignia es que la visibilidad no es buena en todas las direcciones y hay que asumir que el manejo de ciertos mandos no es cómodo —por ejemplo los del ordenador de viaje—. Algunos botones, como los de la consola, no están bien organizados y hay tantos que puede ser difícil encontrar un en concreto.
El motor Diesel de 160 CV tiene un funcionamiento particularmente ruidoso en frío y cuando se acelera con intensidad desde baja velocidad. En carretera, cuando el coche ya va lanzado, el ruido no es patente en el interior del habitáculo. Su relación entre prestaciones y consumo es buena. Puede ir en combinación con una caja de cambio automática—de funcionamiento correcto— o una manual. A nosotros nos ha gustado más la versión automática.
Al menos con la suspensión opcional de dureza variable («FlexRide») y ruedas de 18 pulgadas, que es como lo hemos probado, el Insignia no es especialmente cómodo —en condiciones muy concretas — que otras berlinas equivalentes como el Citroën C5. No lo hemos probado con la amortiguación de serie, ni con otras ruedas.
El Insignia está disponible con cinco motores de gasolina y tres Diesel. Desde septiembre de 2011 el sistema de parada y arranque automático del motor («Start&Stop») en las detenciones es de serie en todas las variantes Diesel y en la de gasolina de menor potencia, en todos los casos únicamente con cambio manual. Además, la versión de bajo consumo que Opel denomina «ecoFLEX» pasa a ser la del motor Diesel de 160 CV. Antes estaba en combinación con el motor Diesel de 131 CV.
Todos los motores van acoplados a una caja de cambios manual de seis velocidades, aunque Diesel de 131 y 160 CV y los de gasolina de 220 y 325 CV (OPC) también pueden llevar una transmisión automática de seis relaciones.
Todas las versiones del Insignia son de tracción delantera, salvo las que llevan el motor 2.0 Turbo de 250 CV y el OPC, que tienen de serie tracción total («4x4»). También puede llevar este tipo de tracción la variante Diesel de mayor potencia y la de gasolina de 220 CV. El sistema de tracción a las cuatro ruedas no es permanente: tiene un embrague Haldex que acopla las ruedas traseras a las delanteras.

Nos ha parecido extraordinario el sistema de iluminación adaptativa
(«AFL+»). Puede ser una opción interesante para quien suela viajar por la noche en vías sin iluminar. También puede tener faros normales de xenón —sin iluminación adaptativa—, además de los que tienen bombilla halógena, que no hemos tenido la oportunidad de probar.
Puede equiparse con un sistema de reconocimiento de señales de tráfico. Funciona mediante una cámara frontal («Opel Eye»), que desempeña más funciones.
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